lunes, 11 de junio de 2012

La civitas

Hola, mi nombre es Maximo y hoy os voy a enseñar mi ciudad, Devaltum. Es un pequeña ciudad  en la costa de Hispania ¡ya tiene 120 años! El abuelo de mi padre era legionario romano y conquistó esta tierra junto a sus compañeros y al final se quedó a  vivir aquí. Mi padre tiene una pequeña plantación de uvas con la que hace vino, ¡me encanta cuando toca ir a pisar las uvas! Mi madre trabaja junto con su padre en la tahona familiar; su pan es el mejor de la ciudad. Mi hermano Cayo trabaja con mi tio Tiberio en la taberna donde venden el vino de mi padre y yo estudio, pero en un futuro me gustaría ser vigil y velar por la seguridad de los habitantes de mi ciudad. Ser vigil es muy importante pues son  los encargados de apagar los fuegos, contener las fugas de agua o aplacar a ciudadanos conflictivos. Mi hermano quiere ser escultor y por ello cuando sale del trabajo va a ver al señor Augusto, el dueño de la herboristería más antigüa de la ciudad, para que le enseñe a esculpir pues es un gran artesano y no sólo de  ungüentos. Él fue quien esculpió todas las estatuas del templo de Hefesto y mi hermano le ayudó con ese trabajo. Pero donde es un gran artista es en sus remedios siempre tiene la solución para los males de la gente, sobre todo se ocupa de los barracones de esclavos del norte y les atiende gratuitamente ya que él también fue esclavo en Egipto.

Voy a ver a mamá a la tahona y a traerme el pan para mi abuelo que está enfermo y necesita comer para ponerse bien y poder ir a los juegos de la semana próxima conmigo. También tengo que ir a la carnicería y a por el nuevo vestido de lino de mamá.

Me he dado mucha prisa en terminar las tareas pues hoy mi padre ha prometido llevarme a la prefectura a ver como trabajan los vigiles. Pero antes he de acompañarlo a la carpintería a comprar unas maderas para la viña.

Mi ciudad tiene un gran acueducto que nos trae agua de un río cercano; el agua no falta en ningún rincón de nuestra ciudad hay fuentes en cada rincón así los vigiles pueden apagar los incendios en cualquier lugar, ¡son muy valientes!

Cuando mi abuelo esté recuperado iremos a las termas y al templo a rezar a Higea por su recuperación y  a la que haremos alguna ofrenda.

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